Por: Mioses Pineda Z.
Aquello de que «lo que pasó en Las Vegas, se quedó en Las Vegas», no es aplicable en el caso del Presidente Petro…
Preocupa el efecto que este tipo de situaciones tiene en el ámbito público cuando estos problemas propios del «domus» se convierten en un factor adicional en las decisiones que afectan la Gobernabilidad.
Pongo varios ejemplos para explicar mi opinión.
PONERLA CONTENTA .
Recuerdo el caso del Presidente Abadía Méndez, un viudo setentón quien, para mantener contenta a su esposa adolescente- tenía 19 años de edad- hubo de nombrar y hacer nombrar en cargos públicos en Ministerios, Gobernaciones y Municipios a suegros, cuñados, primos y amigos de toda la parentela de la núbil Primera Dama.
Aquello se tradujo en una ola de corrupción por parte de la familia política del Presidente que lo tuvo al borde de la renuncia; luego, a punto de un Golpe de Estado y, finalmente, fue la principal entre las muchas razones que llevaron a la derrota del Conservatismo y a la caida de la Hegemonía que detentaba desde los días de Núñez y Caro.
HACERSE EL DE LA VISTA GORDA.
Igual le pasó a Rafael Núñez con «el círculo íntimo» de su esposa- Doña Soledad Román Polanco- del que participaban el Primado Monseñor José Telésforo Paúl Vargas Gaitán, el jóven protegido de Doña Sola, su paisano Felipe Angulo; el versátil, inquieto y corrompido Santiaguito Pérez Triana, retoño del expresidente Santiago Pérez; y, no podía faltar, el propio hijo tarambana, dedicado a la usura en el Mercado de Getsemaní. El que tenga dudas y tiempo, que lea las diatribas de Vargas Vila contra los Césares de la decadente Regeneración.
BORRAR PIZARRA .
A Bolívar no le faltaron los dolores de cabeza ocasionados por los devaneos, intromisiones y las provocaciones públicas de Manuelita Saenz. Si bien, al final de sus días reconoció que «enemistarnos con Santander nos arruinó», guardó silencio sobre cuánto sus aventuras, sumadas a su proclividad al chisme de alcoba y a las intrigas femeniles, le obnubilaron el seso y lo llevaron a tomar decisiones equivocadas que comprometieron su devenir político. Lo acaecido con Padilla, Brion, Santander, Córdova son apenas las referencias de lo más sonado y grave.
YO NO ESTABA AHÍ
Y si del ámbito del folclor político internacional, bastaría con mencionar lo que Mónica ha significado para el proyecto Demócrata en los Estados Unidos de Norteamérica y lo que las aventuras sicalípticas de Trump van a pesar en sus aspiraciones reeleccionistas.
HACER PARTEAGUAS.
Finalmente, solo la lejanía afectiva y la conciencia del propio poder económico y «disuasivo» del lar de La Primera, ha evitado mayores males en la historia reciente de la Republica, más allá de bombazos, correteadas por los pasillos de Palacio y juramentos de «odio eterno»
