Por: Moises Pineda
¿Cuándo seremos capaces de entender que la creencia religiosa es un asunto privado que forma parte de la esfera inalienable e intangible de lo íntimo?
¿Cuándo dejaremos de irrespetar y manosear la Libertad de Cultos con el argumento baladí de que símbolos y ritos son asuntos » culturales, del Folclor» asimilando un crucifijo y la celebración ritual a una máscara y a una comparsa de carnaval.
En otros paises el hecho de que los Pastores, Párrocos, Obispos, Abades y Abadesas, Rectores y demás Ostiarios, permitan el uso de templos y lugares de culto para actos de proselitismo politico, o de actividad proselitista, es causal de pérdida del reconocimiento como Iglesia, y de privación de los beneficios de todo tipo del que gozan en los Estados Láicos.
También les está prohibido que sus Ministros participen en actividades partidistas como Dirigentes, Candidatos o Funcionarios Públicos- salvo en actividades propias de la Docencia-.
El uso de textos e imagenes provenientes de » Libros Sagrados «, en piezas publicitarias de campaña y proselitismo politico, está prohibido en las normativas que regulan la materia en muchos paises con una más profunda tradición liberal. Igual pasa con la publicidad y propaganda en asuntos de salud.
Así mismo, en no pocos paises que entienden de la independencia entre las esferas de la política y de la religión, a los Miembros de los Cuerpos Legislativos o Normativos- como Congresos, Asambleas, Concejos, Consejos, a los Servidores Públicos y a los Operadores Judiciales, se les prohibe motivar sus decisiones con fundamento en tales libros sagrados, catecismos o directivas religiosas.
Ello no obsta, para que las Iglesias, en sus templos e instalaciones de servicios, en sus periódicos, revistas y medios de Comunicación, puedan controvertir o apoyar, desde el precepto y la creencia, la POLÍTICA PÚBLICA .
Pero, entiéndase, no les está permitido en esos mismos medios y lugares, promover a los partidos y a los candidatos que la respalden o que la controviertan.
La Constitución y la Ley son útiles cuando distinguen entre controvertir o apoyar la Política Pública y controvertir o apoyar a los politicos y sus Partidos.
Sin embargo, en Colombia, las regulaciones- las Leyes- poco o nada hacen para acotar tales Derechos generando una mescolanza que en nuestra historia ha sido fuente de las peores violencias.
Sin embargo, poco o nada hacemos para prevenir que tales violencias vuelvan a repetirse.
Antes, por el contrario, nos divertimos con semejantes espectáculos de simulación.
#jvcpoliticapublica