Por: Dany Oviedo Marino
En los primeros cuatro días del mes de agosto se han presentado un total de 21 homicidios en el Área Metropolitana de Barranquilla (AMB). De estos, 20 fueron por arma de fuego y uno con arma blanca; más de la mitad ocurrieron en Barranquilla, cuatro en Soledad, tres en Malambo y Galapa y Puerto Colombia presentaron un caso cada uno.
Es decir, en el AMB, pero sobre todo en Barranquilla, se pasean los sicarios a las órdenes de diversos grupos criminales matando gente casi que con total libertad, sobre todo, los fines de semana Veamos algunos datos:
Según el mismo director de la oficina de seguridad y convivencia de Barranquilla, Yesid Turbay, de enero a julio de este año hubo 247 casos de homicidio intencional, lo que representa un aumento del 18% con respecto a los primeros siete meses del año inmediatamente anterior, en el que se presentaron 210 casos.
De estos 247 homicidios, 203 fueron víctimas de sicariato, dentro los cuales 153 casos se presumen que tuvieron como móvil el ajuste de cuentas entre organizaciones delincuenciales y el tráfico de drogas, según datos de la Policía Metropolitana de Barranquilla.
Adicionalmente, las autoridades tienen claro que 110 del total de casos de sicariato, los autores materiales fueron estas organizaciones ilegales que actúan en la ciudad y su área metropolitana, culpando en la mayoría de los homicidios a ´Los Costeños´ con 72 asesinatos y a los ´Los Pepes´ quienes habrían producido 35 muertes.
Es decir, queda claro que el alza en los homicidios en nuestro territorio se debe al accionar violento de estas organizaciones ilegales. Pero si las autoridades de verdad quieren empezar a reducir la problemática que aqueja a la ciudad, no basta con capturas sueltas, espectáculos de fuerza u operativos aislados. Estas acciones puede que ayuden en las encuestas de popularidad, pero la situación en Barranquilla no está para juegos de Miss Simpatía.
Para contrarrestar a cualquier organización criminal es necesario que las autoridades se articulen y mejoren los componentes de inteligencia e investigación para poder llevar a juicio a los perpetradores y a los determinadores de esos homicidios. Esto está inventado hace rato.
Se requiere entender muy bien el accionar a esas organizaciones y comprender su idiosincrasia, conocer al detalle sus movimientos, saber cómo piensan sus líderes y mandos medios, racionalizar la dinámica de mercado de sus negocios ilícitos.
No es posible que los datos de homicidios estén bajando en todas partes de país, pero en Barranquilla aumenten a tasas elevadas y que no nos alertemos por eso, más cuando el primer semestre de 2024 fue el primer semestre con más homicidios en la historia de la ciudad.
Si no empezamos desde ahora a fortalecer la inteligencia y la investigación el problema de los homicidios en Barranquilla seguirá empeorando todavía más. Las autoridades, los gremios, la sociedad civil y toda la ciudadanía debemos dejarnos de tanto circo y centrarnos en el peor de los problemas actuales que está dañando la tranquilidad de una ciudad que nunca había tenido tal cantidad de homicidios.
Distribución de los homicidios en el AMB 1º al 4 de agosto de 2024