Por: Jairo Parada Corrales
- Todo el Informe hoy analizado, se condensa en un documento serio de más de 260 páginas, que nos entrega una carta de navegación en este tema clave de la descentralización, proceso en el cual venimos empeñados desde los años 80s.Merece ser estudiado juiciosamente y que sirva de base a las discusiones y proyectos de reforma constitucional y de ley que se necesitan.
- Creo que la evidencia teórica y empírica ha demostrado en forma suficiente que en el país no existe ningún tipo de convergencia en el desarrollo de sus territorios, contra los buenos deseos de aquellos que han confiado que el simple desarrollo capitalista lo hubiese traído en forma espontánea. La dinámica del capitalismo periférico es diferente y toca elaborar e implementar desarrollos institucionales para lograr un desarrollo territorial más equitativo.
- Igualmente, cuando se inició este proceso, muchos dijeron que el federalismo fiscal que impulsaba, era el reflejo de políticas neoliberales sobre el desarrollo territorial, agenciados a nivel mundial. Ha resultado que tanto gobiernos de izquierda o de derecha lo han seguido promoviendo, pero el centralismo, que es un diseño institucional muy fuerte en nuestro país, se ha mantenido, y se disfraza de todos los colores, es un modelo de desarrollo “andino céntrico” como dice el Informe.
- A la fecha, ha continuado el proceso de recentralización del estado nacional, acompañado por la debilidad de la mayoría de los gobiernos subnacionales, exceptuando las 4 o 5 capitales grandes, acompañados por gobiernos algo más fuertes de ciudades intermedias y la mayoría de municipios precarios muy pobres. Aún más, la descentralización se ha entendido sólo en forma municipalista, y se ha contrapuesto a la visión regional, sin apoyo de la mayoría de los gobiernos recientes y aun del actual. Las RAPs existentes en el interior del país son débiles, y la del Caribe sigue siendo una ficción jurídica sin peso real en la Región, una ironía para una región que siempre tuvo la iniciativa en este terreno.
- En cuanto al SGP, todos los estudios han demostrado que la distribución se hace más por población, reforzando las desigualdades territoriales. Los componentes de población en pobreza y miseria no tienen mucho peso, y cuando se examinan las transferencias por población con NBI, los resultados son inversos a los deseables: A mayor población con NBI, menor es la transferencia per cápita por población con NBI. La misión correctamente señala que la lógica descentralista es débil, y se privilegia un modelo de principal-agente. La propuesta de Sandoval de las dos bolsas, una territorial y otra sectorial es el camino adecuado, en un proceso paulatino de cinco años, fortaleciendo la territorial, enfatizando el cierre de ¡¡brechas!! .
- La propuesta del piso del 30,5% es viable, no es excesiva con respecto a los inicios del proceso, y los criterios de distribución propuestos, teniendo en cuenta la tributación inversa, etnicidad y medio ambiente, son simples de aplicar. También dependerá mucho de la nueva categorización de los municipios, donde las recomendaciones de tener en cuenta los 12 factores me parecen viables y sencillos, lo cual resulta mejor que los modelos propuestos con base a algoritmos e IA dentro de espíritu de la descentralización asimétrica que muchos han propuesto, los cuales, aunque interesantes, son difíciles de traducir en el escenario político del Congreso y demasiado tecnocráticas. En el fondo, son ¡decisiones políticas! De todas maneras, revertir las tendencias decrecientes de la participación del SGP en los ICN no será fácil políticamente.
- La autonomía plena del destino de los recursos de propósito general es necesaria, ya debe cesar esta exagerada tutela del nivel central. Por supuesto, ante la corrupción resiliente, se deben fortalecer las acciones en el tiempo y el espacio de los órganos de control. De lo contrario, se le facilitará la labor a las corruptelas clientelares que permean los territorios.
- En cuanto al SGR las frustraciones han sido inmensas en los territorios. De acuerdo con eliminar los OCADs en los territorios, que solo entrabaron más la ejecución de los proyectos. El nivel central sigue sin convencerse que no puede manejar 32 departamentos y más de mil municipios en la ejecución de los proyectos. ¡¡Allí es donde los entes regionales serian claves!! Ayudarían a formular verdaderos proyectos regionales, que combinen varios departamentos, que derroten el localismo provincial prevaleciente. Es lamentable ver en que se han ejecutado estos recursos, como transporte escolar y pequeñas vías, sin impacto regional, tareas de debían asumir departamentos y municipios. ¡Los recursos son utilizar en los bancos y la dispersión en mini proyectos son evidentes!
- La creación del FECET es una vieja aspiración regional: ¡¡¡recordemos el Fondo de compensación Regional ya propuesto desde inicios del siglo!!! No reducido a un pobre renglón de regalías, sino creado con recursos nacionales, que se complementen con los departamentales y municipales. La idea propuesta de crear misiones para el uso de estos recursos me parece crucial para que no se quede en el papel, requerirá la voluntad política del nivel central de turno, no solo en aprobar las reformas sino la ejecución de éstas. Sólo el desarrollo productivo exitoso en los municipios garantizará la superación de la pobreza, no solo mayor gasto en educación, salud y saneamiento básico.
- En el tema del marco de sostenibilidad fiscal de los territorios, será crucial incrementar la autonomía de los mismos en materia de endeudamiento, pero manteniendo las reglas del equilibrio fiscal territorial para evitar los errores del pasado. Hay todavía mucha prosperidad al debe en Colombia sin que la DAF haga nada de fondo.
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