Por: Jorge Vergara Carbó
A la fecha no ha sido posible, encontrar un camino para lograr poner de acuerdo a gobierno, prestadore del servicio, parlamentarios y usuarios en el sistema de salud que debe regir en Colombia. La verdad sea dicha el sistema actual no funciona, como tampoco han funcionado las intervenciones a las EPS y a Colpensiones por parte del gobierno. Incluso tampoco funciona eficientemente en los regímenes especiales de salud e incluso en la llamada medicina prepagada, dado que esta última depende también del soporte de las EPS.
Nadie puede negar que la cobertura en salud se ha incrementado en Colombia, pasamos en el año 1995, de un 29.2%, a una cobertura en el 2005 del 79%, y en el 2015. Llegamos al 97.6%, y a la fecha la cobertura es del 98.5%, lo que significa que 51.2 millones de colombianos estamos cubiertos por el sistema de salud.
Con relación a la inversión del gobierno en salud, como porcentaje del PIB en el 2024, fue del 9.02%, cifra similar a la de los países de la OCDE 9.2%. El país que más gasta en salud, con relación al PIB son los Estados Unidos el 17.6%, seguido de Argentina el 15.2%, Alemania, Francia y Brasil que invierten el 10% del PIB en salud. Chile invierte 9.34%, y México se caracteriza por invertir un porcentaje bajo 2.8%, y Perú el 3.91%.
Lo anterior, quiere significar que en materia de cobertura y del gasto público en salud, el país esta bien, por lo que el sistema en teoría debería funcionar bien. Pero ese no es el caso, producto de la alta corrupción que se ha vendido dando por años, en la operatividad del sistema lo que ha ocasionado el desvió de recursos del sistema hacia otros sectores económicos sin que se haya n dado los correctivos del caso y sancionado con cárcel y extinción de dominio a los culpables.
Que esperan los usuarios de su sistema de salud: que funcione que opere con eficiencia, que entienda que la medicina preventiva es fundamental y necesaria, que el ciudadano debe por lo menos una vez al año, hacerse un chequeo clínico general, lo que ayudaría a evitar enfermedades terminales que tratarla es muy costosa. Que cuando vaya de urgencia a una clínica o un puesto de salud, sea atendido inmediatamente por eso se llama urgencia, que cando pida una cita donde el médico sea lo más pronto posible, que los médicos especialistas sean los mejores del mercado, que los remedios que le recetan san entregados oportunamente. En pocas palabras que el sistema sea eficiente y eficaz.
Si el sistema de salud, funcionará con eficiencias, el ciudadano no tendría que recurrir a excepción que sea muy adinerado a un sistema costoso como lo es el de la medicina prepagada. Costo que se incrementa anualmente sin ningún tipo de control en Colombia en un 16% anual, siempre más de 10 puntos por encima de la inflación, más los aumentos en loa vales para que puedan atenderlos.
A medida que va aumentando de edad, el costo de la afiliación por persona mensualmente aumenta, una familia que tenga tres adultos mayores afiliado por ejemplo a Colsanitas Prepagada debe pagar en el año 2025, mensualmente $3,9 millones de pesos. Dinero que ese hogar se podría ahorrar si el sistema de salud operara eficientemente en el país.
Es posible, señores del gobierno, prestadores del servicio, parlamentarios y usuarios ponerse de acuerdo para sacar adelante una ley que contribuya a que el sistema funcione. Es eso mucho pedir. Todos queremos una reforma a la salud, hagámosla de la mejor manera posible.
Para contribuir a la discusión y mejora del sistema de salud, me permito incluir en este artículo la investigación que hicieran dos funcionarios del Banco Mundial, sobre como debe operar la inteligencia artificial en los sistemas de salud, el cual espero que les guste.
Banco Mundial. Inteligencia Artificial en los sistemas de salud ¿qué falta en América Latina y el Caribe?
En América Latina y el Caribe hay un problema grave de calidad en los sistemas de salud, lo que es inaceptable para una región de ingreso medio. La realidad es que hay muertes que se pueden evitar, servicios que se pueden mejorar, y el tratamiento y cuidado a la gente puede ser mucho más digno.
En la región, la inversión en salud es significativamente menor que en los países de la OCDE. El gasto público alcanza apenas USD 775 per cápita, menos de una quinta parte del promedio de la OCDE (USD 4,075). Además, el número de enfermeros por cada 1,000 habitantes es tres veces menor en comparación con los países de la OCDE. Estas son solamente algunas de las cifras que demuestran la brecha que aún está pendiente cerrar.
El acceso limitado y de baja calidad a la atención primaria tiene consecuencias directas sobre la salud y el bienestar de la población. En la región, aproximadamente el 40% de las muertes por enfermedades no transmisibles ocurre en personas menores de 70 años, en comparación con el 29% registrado en Europa y Asia Central, lo que indica un exceso de muertes evitables. Además, la región no se ha librado de la desnutrición y ya enfrenta un problema de obesidad considerable.
Los déficits en acceso y calidad de los servicios sanitarios afectan de manera muy desigual a las personas. Mientras que en Guatemala y Honduras el retraso en el crecimiento en niños menores de 5 años supera el 40% y 15% respectivamente, en algunas zonas, en Chile y Brasil es menor al 10%. Más aún, la desigualdad al interior de los países es muy marcada. En Guatemala, la desnutrición crónica en niños menores de 5 añoses significativamente mayor en zonas rurales que urbanas.
Fortalecer la atención primaria de salud se presenta como una solución clave para lograr el acceso a servicios equitativo y de calidad para todos. Frente a los desafíos de la región, la inteligencia artificial (IA) ofrece una oportunidad para cerrar más rápidamente las brechas, y abre un espacio de innovación en tres áreas claves:
- Prevención: La IA puede ayudar a identificar patrones de riesgo y promover acciones preventivas. Por ejemplo, es posible anticipar brotes de enfermedades y tomar decisiones informadas para mitigar su impacto.
- Diagnóstico: La IA también puede mejorar la precisión y rapidez en el diagnóstico de enfermedades. Por ejemplo, mediante el análisis de imágenes médicas, como radiografías, tomografías y resonancias. Esto resulta especialmente beneficioso en zonas rurales, donde con mayor frecuencia se tiene acceso limitado a médicos especialistas.
- Gestión: La IA puede facilitar la asignación de recursos prediciendo las necesidades de personal, y optimizando la distribución de medicamentos, suministros y vacunas.
Lo que es más importante, estas tecnologías pueden mejorar la experiencia de la gente en el sistema de salud. Por ejemplo, un proceso basado en IA y fotografías puede detectar problemas de vista a pacientes con diabetes u otras enfermedades. Si hay algún riesgo, el paciente es enviado rápidamente a un especialista, reduciendo tiempos y el riesgo de ceguera.
El camino que queda por recorrer
Si bien en América Latina y el Caribe algunos establecimientos de salud ya están incorporando el uso de tecnología, la política pública debe centrase en una mejor experiencia para todas las personas, no solo de unos pocos. Para eso hay múltiples tareas pendientes:
Primero, la brecha digital es todavía inexplicablemente alta: Más de la mitad de los hogares rurales no tiene acceso a internet confiable, lo que limita la implementación de servicios de salud digital, para que una persona haga una cita o renueve una prescripción en línea, por ejemplo.
Segundo, seguimos utilizando papel y lápiz. Muchos hospitales y centros de salud siguen utilizando registros en papel, lo que complica la integración de soluciones digitales. En Costa Rica, Chile y México, en promedio, el 65% de los centros de atención primaria usan historias médicas electrónicas, comparado con 93% en los países de la OCDE. Y esta es una cifra que considera solo a unos pocos países, la situación puede ser aún peor. Los sistemas de información digital tienden a estar aislados, fragmentados y subutilizados.
Tercero, hay que cerrar el déficit de competencias digitales: solo un tercio de los trabajadores en la región utiliza herramientas digitales en su trabajo, en comparación con más de la mitad en los países de la OCDE.
¿Qué se necesita para hacer efectivo el uso de la IA en salud?
- Los datos deben reflejar la realidad de ALC. Los modelos de IA entrenados con datos de otras regiones no siempre van a reflejar las realidades de ALC, lo que puede limitar la identificación de soluciones adecuadas.
- Privacidad. Tener muchos datos de una persona puede permitir llegar a ella de manera más eficiente con los servicios que necesita, pero un uso irresponsable de los mismos puede traer consecuencias graves.
- Interoperabilidad. Sistemas de información interoperables pueden intercambiar datos, facilitando el uso de aplicaciones de IA en el sector salud.
- Un balance adecuado de la tecnología con el factor humano. Las herramientas digitales potencian el trabajo de los profesionales de la salud. El factor humano y la tecnología se deben combinar de manera óptima para dar un servicio de calidad al menor costo posible.
A medida que los sistemas de salud continúan evolucionando, lo digital y la IA se integrarán en la forma en que se brinda atención médica. Sin embargo, lo anterior demanda un compromiso para mejorar el acceso y la calidad de los servicios de salud, a partir del primer nivel de atención. La Alianza para la Atención Primaria de Salud en las Américas, entre el Banco Mundial, la OPS y el BID busca impulsar esta transformación digital en la región. Si logramos superar juntos los desafíos actuales, millones de personas podrán acceder a un sistema de salud efectivo, digno, y de calidad.
Barranquilla, mayo 24 de 2025