TE BUSC0, Zuayl

0
22

Por: JeGman

Te busco…
en el susurro del viento
que se perdía en el aroma fresco de tu cabello,
en las sombras suaves que dejan las tardes,
en las noches donde fuimos uno
y el amor, plácido, se extasiaba.
Pero hoy, los silencios pesan
como piedra en el estómago,
dejando un vacío perenne
a un costado del corazón.

Te busco…
y, como si estuviera muerto para ti,
hablo en soliloquios a la pared,
me acompaño con la soledad
mientras camino sin rumbo.
Y aun así, puedo sentirte viva
en la prisión del olvido,
yo, exiliado a la nación
de los que ya no existen en la memoria.

Te busco…
en la risa de otros labios,
en las miradas de quienes pasan,
en canciones que no logro terminar
porque aún susurran tu nombre
en secreto.

Te busco…
como quien sabe que no hallará,
pero no se cansa de intentar.
Como quien ama sin medida,
aunque el tiempo quiera marchitarlo.

Te busco…
en la nostalgia que se aferra a mí,
en los sueños que regresan cada noche,
tejiéndome historias
para poder dormir bajo el ojo blanco de la luna
que grita en un idioma extraño,
pero que, sin saber cómo,
alivia mi dolor.
En cada palabra que no dije
y en las que aún esperan por ti.

Te busco…
mientras escribo recuerdos
que son presentes realidades de mi existencia,
y me encuentro agarrando nubes
de un futuro incierto…
¡Ay, Zu! Ganas intensas de volver a verte…
hasta ensayo la escena
de cómo sería ese día.

Te busco…
en la felicidad de un anhelo perdido,
en el poema que también es mi alma,
que se pierde en la agónica rutina de los días
en busca de ti…

Ya no tengo memoria,
ya no tengo recuerdo,
ya no tengo futuro.
Solo soy un presente continuo
y, en él, siempre sueño contigo.

La esperanza, terca,
y la ilusión, que ya no duele,
se hacen compañía,
mientras el tiempo sigue su marcha
por ese amor que se fue,
por ese amor que aún vive,
haciendo retos suicidas
en la madrugada solitaria.

Eres el instante perfecto,
la razón que justifica mi existir.
Eres todo en la vida
de este ser nocturno
que, día tras día,
noche tras noche,
te llama en silencio.

Y te busco, y te busco…
pero no te hablo.
Desesperado, te busco
y siento en el aire
la forma de tu rostro…
pero no lo nombro.

¿Acaso he muerto sin saberlo?
¿Es esta ausencia
una forma de morir despierto?
Dime tú:
¿qué será de ti?
¿Te espero,
o me disuelvo en la espera?